La Meditación es una herramienta muy valiosa para el mantenimiento y la recuperación de la salud integral de las personas. Es un método que está al alcance de todos, ya que simplemente se trata de utilizar la propia energía interior.
Vivimos en un mundo acelerado, sumidos en el estrés, la indiferencia, la competitividad, orientados a la posesión de bienes materiales, inmersos en actividades y preocupaciones. La Meditación rompe esta forma habitual de operar, nos lleva a un estado de tranquilidad, sin deseos de poseer, sin miedos, libre de preocupaciones e inquietudes, por lo tanto no solo logramos beneficios en el cuerpo físico sino también en las demás áreas.
La conciencia plena es una actitud mental derivada de la tradición filosófica budista. Jon Kabat-Zinn (Profesor emérito de la universidad de medicina de Massachusetts, USA) ha introducido Mindfulness o Conciencia plena en nuestro mundo occidental a través de un programa de reducción de estrés desprovisto de toda concepción religiosa. Mindfulness o conciencia plena consiste en un adiestramiento de la mente a través de la atención y la presencia para conseguir liberarse de mecanismos y automatismos alienantes. Se define por la acción intencional de dirigir la atención sobre la experiencia sin juzgarla.
"Centrar toda su atención en la experiencia presente, momento tras momento”. (Marlatt et Kristeller, 1999).
Contemplamos nuestras experiencias en términos de sensaciones físicas, de pensamientos, de emociones que se van y vienen ya sean agradables, desagradables o neutrales. Todo lo que se presenta a nuestra conciencia es observado pero no evaluado como bueno o malo, deseable o no.
La mayor parte del tiempo funcionamos en piloto automático. Nuestra mente no para de dar vueltas a todo tipo de pensamientos y no somos conscientes de lo que hacemos. Andamos, comemos, realizamos todo tipo de actividades estando físicamente presentes pero mentalmente abstraídos por pensamientos que nos transportan hacia el pasado o el futuro.
Mindfulness nos permite desconectarnos de nuestros pilotos automáticos. La observación sin juicio, sin filtros y sin especial expectativa nos permite conocernos mejor y favorece a la vez el distanciamiento y el enraizamiento en la realidad. La conciencia plena se cultiva mediante la práctica de la meditación y su integración en las actividades de la vida diaria, como comer, andar, ducharse, etc… El adiestramiento de la mente en este sentido previene los efectos del estrés y regula las emociones.
Muchas investigaciones científicas han reconocido la eficacia de los programas basados en la conciencia plena para mejorar de forma mesurable y duradera las defensas ante el estrés, la prevención de las recaídas depresivas, los dolores crónicos, los trastornos del sueño y del comportamiento alimentario, así como las enfermedades psicosomáticas.
La meditación creativa consiste en una serie de meditaciones guiadas que conducen a la persona a descubrir su potencial e incrementar sus capacidades.
Con la meditación creativa conseguimos logros en:
En la meditación curativa, solemos privilegiar el trabajo con visualizaciones. Aunque las meditaciones en un principio sean guiadas, se amoldan a la filosofía y al sistema de representación de cada persona. Trabajamos con imágenes o series, siempre elegidas por la persona, que permiten proyectar el propio potencial “sanador” para luego reapropiarse de éste, incrementado, de forma efectiva.
Si bien las visualizaciones tienen el papel principal, la meditación curativa tiene una esfera muy amplia de técnicas que posibilitan el ajuste a las circunstancias concretas de cada persona. Se puede estar en movimiento o inmóvil, permanecer en silencio o usar la voz, sea cantando, recitando o simplemente emitiendo sonidos... Se tiene un sinfín de posibilidades, ya que respondemos de forma inmediata cuando la mente manda las informaciones apropiadas.
La palabra "curativa" hace referencia aquí básicamente a unificar cuerpo, emociones y mente. El propósito es armonizar la energía, lograr importantes mejoras en los niveles de atención, cognición, emoción y reacción al estrés y, en los casos de personas enfermas siguiendo un protocolo de medicina alopática, conseguir mayor aguante a los tratamientos, así como mejoras en los campos de la resistencia al cansancio y/o al dolor, las alteraciones del carácter, los trastornos del sueño y el estado de ánimo.
Con la meditación curativa podemos trabajar temas muy concretos propios de cada persona, sean emocionales o físicos, siempre desde la conciencia.
Se suele asociar Mindfulness, o atención plena, a estar sentado en un lugar tranquilo. Si bien es cierto que sentarse en paz aporta muchos beneficios, no lo podemos hacer tan a menudo como nos gustaría. Nuestra vida es una sucesión de acciones desarrollándose en lugares repletos de signos, sonidos, olores y movimientos contradictorios. Pasamos mucho tiempo en medios de transporte, en la calle o en edificios públicos, sin ser realmente conscientes de lo que nos rodea a cada momento.
Mindfulness en la ciudad tiene como propósito llevar esta práctica a nuestra vida cotidiana. Integrar la agitación de nuestro entorno en la consciencia plena. Consiste en realizar actividades habituales como coger el metro, andar por las calles, entrar en un supermercado, sentarnos en un banco, etc.
Transformando todos esos momentos, que antes hacíamos en piloto automático, en potenciadores de energía, se puede disfrutar al máximo de cada instante; comer un plátano en un banco, pasear o practicar qi gong quince minutos en un parque, ir a correos y luego subirnos en un autobús... Todas estas acciones que normalmente se hacen de un modo automático y sin pensar, se convierten en actos conscientes.
